Bienvenidos

Espero que disfruten de mis escritos, al igual que yo los disfrute escribiéndolos.

domingo, 16 de junio de 2013

¿Felicidad?



A pesar de tener tantas obligaciones, de trabajar, salir a citas de trabajo y demás. sentía que le faltaba algo más. Necesitaba un poco de condimento especial a sus días, algo... una pizca de felicidad en sus días, pero el hecho es que no sabia como llenar sus días de nuevas cosas. Porque solo se preocupaba en trabajar y de tener todo organizado para el siguiente día.

Su vida basada en rutinas diarias, repetitivas y hasta un tanto aburridas, hacían que las agujas del reloj no se preocuparan por recorrer los segundos para marcar la hora final de la semana.

Finalizada la horas agonizantes, se tomaba el colectivo hasta la estación de trenes, de ahí volvía a tomar un colectivo para llegar hasta unos metros de su casa. Desde ese lugar emprendía una larga caminata hasta llegar a su barrio. Colgaba su mochila en su hombro derecho, sus manos en sus bolsillos se refugiaban del frío. Mientras caminaba, se hacia testigo de sus alrededores, debía de estar siempre expectante, debido a la falta de seguridad que se hacia presente la mayoría de las veces en su barrio, pero él no fue victima de tales incidentes, quizás era suerte o tal vez solo llegaba un poco más tarde, en instantes donde los delincuentes descansaban de su maleficio; su trabajo; ya cerca de su casa, algunos perros lo corrieron hasta unas esquinas, pero él solo los ignoró a pesar de que uno de ellos intento agarrarse de sus pantalones. Lo extraño es que solo continuo caminando sin dejar de pensar en que era lo que le faltaba...

Ya frente de la puerta de su casa, giro el picaporte e ingreso, arrojo su mochila al sofá, y luego se arrojo de lleno al mismo. Lanzó un suspiro y tomó el control remoto que se hallaba a unos centímetros del sofá, precisamente sobre la mesa de luz cercana. Encendió el televisor y se puso a hacer zapping, cada canal tenia solo un tema en particular, la vida privada de las celebridades. Así que decide apagar la televisión. Cierra sus ojos por unos instantes e intenta dormir al menos unos minutos.

En sus sueños, se vio envuelto de paisajes extraños, irreales hasta incluso un poco confusos, no entendí muy bien porque soñaba ese tipo de cosas. A veces veía bosques, sin la presencia de luz, solo la luna estaba presente, y solo caminaba, sin saber a dónde podía ir, solo continuaba por un camino marcado por hojas amarillas. Cada paso que daba hacían sonar el ambiente silencioso de ese sueño. Pronto y sin esperarlo se despertaba sin haber culminado dicho sueño.

Se despertó asustado, justo en el mismo lugar en el que había dormido, solo estaba solo como el principio.

Al parecer sus padres y hermanos aún no llegaban, le parecía extraña la situación, le surgían preguntas, que no sabia responder.

Decidió darse una ducha para relajarse después de lo que había pasado, y para olvidarse de lo soñado, finalizó su baño y volvió al sofá, Nuevamente comenzó a ver la televisión, ya que no tenia otra rutina, más que ver la televisión al llegar de su trabajo. Encuentra una noticia muy triste, la de la muerte de varias personas en una guerra en el Oriente medio, se sorprende a pesar de saber que esa guerra siempre se estuvo llevando a cabo, ya que hay una disputa por averiguar quien es el mejor en combate.

Precisamente en ese preciso instante, se escucha la voz de sus padre que ingresaban a la sala, se sorprenden al verlo acostado en el sofá en tales condiciones, estaba totalmente despeinado, con una camisa y pantalón de gimnasia.

Era totalmente extraño para sus padres verlo de esta manera, ya que la mayoría de las veces, cuando ellos se iban a ocuparse de ciertos asuntos, lo encontraban sentado, con una sonrisa y con un libro en manos, leyendo historias para reforzar su manera de expresión verbal. Esta vez no era una idéntica escena, sino todo lo contrario, era totalmente distinta.

Se animaron a preguntar que era lo que le sucedía, por estar en tales condiciones en el sofá, él simplemente le respondió que la felicidad no le era asignada, que simplemente su vida se basaba en rutinas diarias y que así ya no quería vivir. Sus padres, no supieron como reaccionar, simplemente lo miraron por unos minutos y marcharon.

Luego de esos minutos, la noche pronto se volvió dueña de las horas, y nuevamente los sueños se hicieron parte de sus pensamientos, esta vez se encontraba en un gran campo, estaba totalmente solo, en medio de un gran espacio y bajo las estrellas, tuvo la suerte de ver una estrella correr, aprovecho para pedir un deseo y ese deseo fue, que la vida que le había tocado no era mala, ni tampoco buena, que simplemente le concediese una razón para sentir felicidad, La estrella cayo y dejó un luz fluorescente brillando en el azul infinito del cielo. Pronto se despertó una luz le golpeaba en la cara, miro por la ventana y creyó seguir recreando un sueño, pero esa era la mima realidad que acostumbraba a vivir todos los días.
No tuvo otra opción que conformarse con todo lo que tenia y tratar de vivir aunque sea con la felicidad de aceptar que las cosas por alguna razón ocurren, pronto se vuelve a sentar en el sofá. Pronto por la puerta principal ingresa un niño pequeño que corre hacia él, con los ojos totalmente llorosos, no entendió quien era ese niño, pero no dudo en abrazarlo, jamás le había gustado ver a un niño con lagrimas en los ojos. Se despertó nuevamente, eso creyó esta vez, pero no estaba seguro si se encontraba en la vida real, lo pudo comprobar al ver que entre sus brazos no estaba el niño y que simplemente, se había olvidado de correr las cortinas, para evitar que la luz del sol ingresara desautorizada a la sala.
Comprendió que su vida debía de seguir siendo tal cual era, que en algún instante de su vida algo se presentaría y aprovecharía al máximo tal oportunidad.
Se levanto, preparo café, sus elementos de trabajo y marchó nuevamente a su trabajo, esperando que el día lo sorprendiese como siempre.






Frases celebres


Frases celebres.


Sintiendo las palabras.



Siento que el viento ya no sopla fuerte,
es más no sopla como antes,
solo me acaricia lentamente,
como si fuese parte de mi ser.

Las hojas, el clima son mis sentidos,
todos me protegen,
me hacen sentir bien, en plena noche,
de espanto y fantasmas.

La luna, las estrellas, las nubes,
son mis acompañantes,
son mis protectores en la oscuridad,
me observan mientras pienso en mi porvenir.

Las palabras, vienen a mi como si fuese yo una de ellas,
surgen como si nada, me tocan delicadamente la mente,
y crean en mi versos dificiles de ignorar,
que sugieren dudas, preguntas y saber que ocultan en ellos.

Escribo dejando que mi mente se deje llevar,
porque si no le permito hacerlo moriré vacía,
sin vida, sin sueños ni esperanzas,
solo sin ser la que una vez supe u quise ser.

Una hoja flotando en el aire,
sin rumbo, sin destino,
solo una sombra en tarde soleada,
una mariposa sin polen que saborear.


Mi único amor.

Recuerdo la última vez que lo vi, fue ese día justo cuando recibió la carta del ejercito. Me miro con el sobre en manos, grabando en mis pupilas esa mirada cristalina que hoy no logro quitar de mi y llorar en silencio.
La guerra... la tan cruel y maldita guerra lo alejo de mi lado, lo tomo sin permiso, lo obligo sin importar lo que podrían ocasionarle a su familia, a su madre, padre y novia...
Lo alejo de mi como lo hacen las hojas al desprenderse de las ramas en plena época de otoño, invadiendo el suelo firme y lleno de vida, fue así como con una simple carta ordenaron que fuese a defender a su patria, para conseguir el honor, una medalla y una bandera en su tal vez ataúd.  
Cada día , cada noche, cada despertar su presencia me hizo falta... Es difícil vivir alejada de la persona que amas, y más aún si de ella jamás antes te habías alejado. A pesar que me prometió escribirme cada tanto, no consigo dormir, necesito una caricia de sus manos, una frase un te quiero al oído, simplemente quiero volver a verlo sonreír frente a mi, como la primera vez que lo vi.
Pasan los días, los meses rápidamente y no encuentro en el buzón carta de él, solo publicidad y cartas de su madre; las que dicen y preguntan por su ausencia; no puedo mentirle, cartas de su hijo no han llegado a mi, solo creo que en las noches la luna puede contarme que aún sigue con vida. Que sigue recordando que yo lo espero. y que no pierdo las esperanzas de volver a ser parte de su vida.
Las horas me amenazan, me aterrorizan, ya que más semana pasan y no recibo nada, solo silencio, ansias y miedo de que haya muerto en combate.
Pronto... un auto negro se detiene frente a mi casa, a la casa que ambos compramos para crear nuestra familia. Ese auto negro brilla intensamente, sus vidrios son polarizados, no dejan ver a quién lo maneja. Pronto de el mismo baja un hombre con traje de soldado y gorro militar, puedo divisar que en sus manos trae un sobre, una bandera y una medalla... No quiero creer que algo malo le ha ocurrido, no, no puede ser, no puede ser... No pudo haber muerto yo sé que no ha muerto, puedo sentir su presencia que aún hace latir desaforadamente mi corazón. El sujeto sigue acercándose a mi... Pronto se posiciona frente a mi, se quita el gorro, me mira a los ojos y dice: - "Perdón, por no escribirte, es que la guerra no es fácil de llevar, es muy cruel, me alegro de haber logrado salir con vida. Porque sin ti, no creo poder vivir a pesar de que mi alma volara al cielo, no seria lo mismo que tenerte junto a mi, porque el ángel que quiero sea mi protector eres tú"- No me di cuenta de quién era... Pero su voz, esos ojos cristalinos me despertaron, él no murió, regreso junto a mi... A pesar de que en su rostro hayan quedado cicatrices, lo seguiré queriendo como la primera vez, porque sigue siendo el mismo del que me enamoré...
- Gracias por regresar, y volver a iluminar mi vida- le dije y él me abrazo tan calidamente, que hicieron que lágrimas se presentaran en mi rostro. 

Justamente lo que pienso...


Son las 00:35 am me desvela el saber que a veces cuando te sientes sola, no es porque no tengas a nadie cerca, sino todo lo contrario, a veces sos vos misma la que se aleja de las personas, sin tener un motivo implantado para hacerlo, solo te aferras a tu propio mundo, alejándote de todas aquellas personas que realmente quieren ser parte de tu vida, pero simplemente te empeñas en alejarte de ellas lentamente, hasta que descubres que ya no hay nadie cerca tuyo, solo un cuaderno en el cuál escribir y descargar todos tus sentimientos, para arrancar ese dolor o esa angustia pesada que a veces te arrincona contra una pared y no te deja respirar, solo se impone ante tus sentimientos e intenta hacerte caer, logrando que tropieces justo antes de que llegues a la meta que te has propuesto.
00: 40 pasaron cinco minutos desde que comencé a escribir esto, y realmente no estoy sola en la sala, mi padre duerme en el sofá, y sé que duerme porque ha tenido un gran día de trabajo. Ya que solo él y mi hermano de 32 años, se ocupan de traer los bienes para nuestra casa, suena vergonzoso, pero es así. Por suerte me han dado una beca y con ella puedo ayudar a mi familia, podría decir que doy el ejemplo a mis otros hermanos que solo se preocupan por ellos mismos, en ves de ayudar a la familia.
No sé porque no hago lo que dice el profesor de teatro que haga, que sea más cariñosa con los demás, no sé porque no me animo a ser de esa manera. No entiendo porque no puedo dar un abrazo, decir te quiero o simplemente sin palabra alguna demostrar que a pesar de que no sea así, estaré siempre cuando me necesiten...
Me gustaría cambiar en ese sentido, pero, pero no puedo, creo que no seria la misma persona, seria alguien diferente incluso ya no pensaría igual, seria una especie de chica cursi o algo así...
    

Su recuerdo se desvanece de mi lentamente...

Lentamente de sus ojos rodó una lágrima,
cayo sobre sus labios y marcó un adiós,
sin principio ni final,
solo dibujo un ítem sobre esa página,
que intenta crear una historia,
Siempre presente espera,
que sus lágrimas logren ser válidas,
y que no sean en vano,
solo sean parte de lo que dentro de ella siente,
pero que el corazón no logra olvidar.
Espera sentada sobre el césped,
bajo una luna inmensa,
que la ilumine en noches de tristeza,
y soledad inmortal,
no quiere que su rostro se anide en recuerdos.
Solo precisa que su presencia forme parte indispensable,
de lo que cree inspira poesía,
inspira momentos eternos, que no quiere borrar,
Sus ojos... cristales eternos que no me desamparan,
su rostro paisaje irreal, que jamás podre contemplar otra vez,
su figura, solo se desvanece de mi mente,
su ser lentamente y silente parten de mis memorias.
Me queda la necesidad, de revivir lo que creo rescate de ti,
una mirada, una sonrisa, una palabra,
y tan solo un beso en mi mejilla que alteró a este corazón,
que no quiere arrancarte de mis sentimientos,
solo te mantiene vivo en imágenes viejas.
Pero que conserva tan cuidadosamente,
esperando que muy pronto tu presencia se haga parte,
de mi existencia y que seas parte indispensable de mi destino.

sábado, 15 de junio de 2013

Frases celebres.


Frases celebres.


Sueños.

Siempre se sentaba junto a ese lago, celeste dueño del sol, le gustaba juntar sensaciones para luego escribir historias en las que el protagonista, era él hombre imaginario que ansiaba encontrar en algún momento de su vida.
Recogía hojas secas, amarillas en días de otoño y dibujaba con ellas poemas rimados para aquel sujeto, que solo en sus sueños habitaba.

No perdía las esperanzas de que en ese preciso lugar llegase ese amor inesperado, y que con una simple mirada le robara el corazón.

Titulo en progreso...





Me encuentro en plena ruta, a mi derredores solo veo pastos verdes que se dejan acariciar por el viento, no comprendo porque razón me hallo aquí, en este panorama silente y vacío de vida… Mientras camino por este espacio, siento la necesidad de estar acompañada por algún ser vivo; estar sola me causa temor, no quiero seguir adelante y descubrir que soy la única sobreviviente en este mundo.

Ya he caminado lo suficiente, mejor descansare por algún momento. Mis piernas no dan más, he caminado por horas, no sé cuanto más podre soportar sin beber un trago de agua.

Estoy aquí en este sitio; solo cuento con mi vestimenta rutinaria: una blusa turquesa que marca mi cintura y senos, un jean gris con bordados en la parte superior y unas zapatillas blancas, cómodas para correr. Creo que si el día no me juega una mala pasada, podre seguir soportando esta soledad, espero que la noche no traiga consigo el frío desgarrador.

Me gustaría recordar cuándo fue la última vez, esa vez que estuve acompañada de personas de carne y hueso, saber cómo demonios llegue hasta aquí. Pero… creo que aún no es el tiempo indicado para que logre recordar, apenas me he adaptado a este nuevo ambiente, el que amenaza con borrar lentamente mi existencia. 

No hay árboles; solo pasto asfalto y más asfalto, que se deja ver con la luz de un sol cálido. Estoy sentada sobre el tibio pasto a un lado de la carretera. No veo ni la más mínima presencia de vida ni de automóviles. Solo puedo divisar una especie de espejismos, producto de los rayos solares que son producidos por el impacto con la superficie del suelo. Podría jurar y afirmar que soy la sobreviviente de mi especie…

Animales… no veo, el cielo celeste mar, con algunas nubes viajantes. En él las aves se ausentan, con cada descubrimiento me aferro a la idea de ser el único espécimen de mi especie. Retomare mi caminata… Intentare llegar hasta una estación de servicio o algún sitio en donde coexistan algunas personas. Puede que así pueda borrar de mi mente la idea “extinta”.

Camino por los costados de la ruta, dejando que el sol choque en mi frente y mis piernas entren en estado de ejercitación. Ya casi no tengo fuerzas para continuar, necesito un trago de agua, mi organismo ya casi esta deshidratado; si solo encontrase un trago de algún líquido, me sería suficiente para continuar; y lo peor es que ya he caminado por un largo periodo y no he visto ni una estación ni indicio de vida. Esta ruta parece ser interminable, ya no… doy más… mi corazón late con gran fuerza, mis músculos están muy débiles. No logro seguir de pie. En cualquier segundo mi cuerpo se desplomara de manera involuntaria y caeré inconsciente. Me gustaría poder continuar… pero… ya no puedo seguir…  
Hace frio… mucho frio… ¿estoy viva aún? ¿Cómo es eso posible? Si no he comido ni bebido nada… creo que mis pensamientos hablan sin preguntarme. Abriré mis ojos… ¿pero en dónde estoy?  ¿Quién hizo esa fogata?  Hay una pequeña cabaña, pero no entiendo ¿será que alguien me trajo hasta aquí? Si pude abrir mis ojos quiere decir que podre levantarme. Lo intentare… ¿Qué es esto? Estoy atada de pies y manos ¿qué significa? Estoy solo a unos centímetros del fuego. Puedo notar que la noche ya se hizo presente al igual que la luna.

… Escucho unos pasos que se aproximan hasta aquí… Mejor simulo estar dormida, para poder ver y conocer quién o quiénes me trasladaron a este sitio. Los pasos cada vez más se dejan oír. Pronto se hacen evidentes, entreabrí mis ojos, pude ver a un hombre; con el cabello corto oscuro, remera oscura, pantalones marrones como el algarrobo; este no se acercó a mí.  Entre sus brazos cargaba leños para avivar la fogata, y, una mochila en su hombro derecho. No demoró en arrojar de manera prolija la madera al fuego. Se acerco a mi posición y pronto dejo caer su mochila a mi derecha. Continuo arrodillándose a mi izquierda, me toco las manos y dijo:

 ─ Ya sé que estas despierta ─. Lo escuché, aún así no abrí los ojos, para no darle la razón, solo seguí simulando. Volvió a hablarme: 

 ─  está bien… haz lo que quieras, yo me sentaré a beber, y a comer un poco de guisado. Al terminar de oír el menú que traía consigo me sorprendí, diría que me pareció un tanto chistoso, pero pronto mi estomago se dejo escuchar. No pude seguir con mi cometido, tuve que abrir mis ojos.
Observe al sujeto que al parecer me había salvado la vida. Una vez despierta lo miré. Estaba sentado a un lado del fogón, con un pequeño recipiente; esos que se utilizan para guardar y conservar alimentos; comía tranquilamente, mirando hacia mi dirección. Noto que ya estaba consciente y aprovecho para preguntarme:

 ─   ¿estás bien? no dude en responder pero le conteste con una nueva pregunta, y esta fue:

 ─ ¿a mí me preguntas, si estoy bien?  A lo que él me respondió con un ligero movimiento de cabeza. Le respondí que sí, que estaba bien. Aproveché para preguntarle porque razón, me encontraba atada de pies y manos. Solo sonrió girando su cabeza a un lado. No comprendí porque razón sonreía con la pregunta que le acababa de hacer, así que volví a reiterar la pregunta y volvió a sonreír pero esta vez contesto a mi pregunta. Me dijo que me ato porque temía a que cuando me despertara lo golpeara de manera agresiva. No pude evitar reírme por tal ocurrencia, mientras me reía él se acerco a mi lado, saco de un estuche un pequeño cuchillo de unos 25 centímetros y comenzó a cortar las sogas que evitaban mis movimientos. Una vez libre de atadura; por mi cabeza divago la idea, de darle una cachetada por el simple hecho de haberme dejado atada, pero me pareció absurda la idea, así que solo lo deje pasar. Me tendió la mano para levantarme. Una vez de pie nos miramos por unos segundos y nos acercamos un poco más a la fogata, ya que la noche era muy fría. Antes de sentarme me alcanzó el recipiente con comida, no pude negarme, ya que tenía mucha hambre; además de sed; así que lo tome y le agradecí el gesto. Mientras comía tranquilamente observaba sus acciones. Caminaba de un lado al otro, no pude evitar no preguntar porque tenía tanta preocupación, solo me miro y continuo con su caminata, luego de unos minutos cancelo su recorrido, se sentó frente a mi justo enfrente de la fogata. Con una rama en manos que quebrantaba delicadamente. Comenzó a contarme una historia, en la que los protagonistas eran él, su padre y su hermana. 



Ellos se había propuesto tomar sus primeras vacaciones a la Ciudad de Buenos Aires, cuando subieron a su auto, un extraño suceso se apropio del principio del viaje. No comprendió que fue lo que realmente sucedió, porque jamás antes lo había experimentado.

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14-06-13    

Lo mire por unos momentos, y descubrí que sus ojos se llenaban de lágrimas, no sabia bien por lo que estaba pasando, ya que yo no pase por lo mismo.

Termino de contarme su relato, y se volvió a sentar cerca de la fogata, dibujando el suelo con un pequeño trozo de rama, no se muy bien que dibujaba, pero eso no era lo importante, me debía preocupar porque esta situación desgarradora pasase de sepulcral y se tornase un poco más soportable. Pero a decir verdad   

viernes, 14 de junio de 2013

Mi paisaje imborrable.


Y pensar que desde ese mismo  paisaje pude verte por primera vez,
pude acariciar las olas y el viento que ese faro me brindó,
sin esperar que la lluvia de mis ojos cayera penosa,
deje que nuevamente las olas mojaran mis pies.

Subí, miré, contemplé, soñé y recordé...
que esos días a tu lado fueron sueños que obtuve despierta,
instantes que el reloj me obsequió,
sonidos naturales, palabras vivas flotando en el aire.

Ahí, justo encima de este mirador me abrace a tu figura,
sentí que de mi no te alejarías,
que seria parte de mi vida,
y hoy solo las olas me acompañan en tu espera.

Ya pasaron días, horas, minutos, segundos,
sigo esperándote sentada junto a cada roca que solíamos pisar,
miro el suelo, junto a mi hay alguien,
lo puedo sentir...

Su presencia esta junto a mí,
vino a despedirse por última vez,
debe partir hacia el mar, su lugar,
el barco no lo dejará regresar.

Las nubes corren, huyen,
me cuentan que a pesar de que me quede junto al faro,
de mi tu recuerdo no se ira,
 solo permanecerá como el sol al atardecer,
como la luna en el firmamento.

A pesar de leer tu mensaje,
no me ire de este lugar,
porque es el escenario en el que a tu lado,
supe que sentir amor, es solo una vez,

y que este no muere, solo renace cada vez con más intensidad.

miércoles, 12 de junio de 2013

Vivo y Pronto dejo de existir.

Me he vestido de gala para ir, a la fiesta que se realizará en la mansión Hisertt. Me ha llegado la invitación en horas de la tarde de ayer, justo cuando me decidí, a tomar una taza de café negro. Mi sirvienta dejo la carta sobre mi escritorio, junto a mi lámpara de noche.
Abrí la carta, después de leer el remitente; "Familía Hirsett" "para el varón Chiqzsti".
Lentamente lei la invitación, me di la idea, de que quizás en tal festividad, darían pie a una especie de debate del tipo político, del que la mayoría de las veces les es útil mi presencia.
El día corrió tan veloz como un coyote en plena fuga, sin querer que esto pasará, me tuve que dedicar el resto del día posterior a comprar un traje. Compre uno muy especial de una tela delicada y muy costosa.
Ya preparado, tome mis puros, los guarde en uno de los bolsillos de mi saco;y me coloqué UNA de mis galeras. Cerré la puerta de mi mansión y subí a mi coche oscuro.
Rumbo a la fiesta bebí una copa de chapagne y converse con mi chófer, que hacia más de 10 años trabajaba para mí.
Pronto llegué a la puerta, me abrieron las puerta unos sujetos quienes me dieron la bienvenida, les di unas monedas, e ingresé al lugar de celebración. Una vez dentro todos al verme quedaron sorprendidos, inmóviles casi sin respirar. Me preste a observar la secuencia detenidamente. Caminé hasta el tercer escalón de la escalera y ahí mismo golpeé con mi zapato el escalón, para que el sonido humano se volviera parte invaluable nuevamente. Sin darme cuenta de la situación, miré mi camisa blanca manchada con sangre, sentí un dolor profundo que me dejo helado sobre aquél escalón, mis músculos pronto dejaron de funcionar, dejaron caer débilmente mi cuerpo, en ese preciso momento alcanzo a ver a un sujeto. Este sale de la casa con una sonrisa en el rostro.
Una nube me estorba la vista... Y no puedo ver, el dolor pronto deja de ser agudo, pronto solo dejo de existir.

Honor.

Cuerpo a tierra, junto a varios escombros, necesito municiones y cuanto antes. No puedo continuar oculto, es necesario que cambie de lugar y busque a mi general.
Las balas son zumbidos que aterran mis oídos, cada explosión empolva mi uniforme. Esta vez no esperaré, me lanzaré kamikase al umbral de balas. Corro sin detenerme, aún conservo mis sentidos funcionando, son los que me permiten esquivar sin mirar atrás.¡General! ¡General! ¡General! por favor no se muera, es lo que dice un soldado con el rostro totalmente bañado en sangre. Después de huir y estar junto al cuerpo sin vida de mi general, decido cerrar los ojos de mi superior con los dedos, y tomo prestado su arma de fuego.Es difícil vivir en una situación de este tipo, es muy triste el ver a esas personas que durante años, dedicaron su tiempo y esfuerzo en convertirse en soldados dignos con el fin de defender a su nación. Hoy muchos de ellos agonizan sobre el pasto barroso, llenos de graves lesiones y sangre... Soy quizás el último que queda aún exento de heridas. Pero... No podre seguir así. Debo morir por mi nación, fue lo que juré ante mi nación, defender mi patria con mi vida y morir con honor. Mi vida ya esta echada...

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