Y
pensar que desde ese mismo paisaje pude
verte por primera vez,
pude
acariciar las olas y el viento que ese faro me brindó,
sin
esperar que la lluvia de mis ojos cayera penosa,
deje
que nuevamente las olas mojaran mis pies.
Subí,
miré, contemplé, soñé y recordé...
que
esos días a tu lado fueron sueños que obtuve despierta,
instantes
que el reloj me obsequió,
sonidos
naturales, palabras vivas flotando en el aire.
Ahí,
justo encima de este mirador me abrace a tu figura,
sentí
que de mi no te alejarías,
que
seria parte de mi vida,
y
hoy solo las olas me acompañan en tu espera.
Ya
pasaron días, horas, minutos, segundos,
sigo
esperándote sentada junto a cada roca que solíamos pisar,
miro
el suelo, junto a mi hay alguien,
lo
puedo sentir...
Su
presencia esta junto a mí,
vino
a despedirse por última vez,
debe
partir hacia el mar, su lugar,
el
barco no lo dejará regresar.
Las
nubes corren, huyen,
me
cuentan que a pesar de que me quede junto al faro,
de
mi tu recuerdo no se ira,
solo permanecerá como el sol al atardecer,
como
la luna en el firmamento.
A
pesar de leer tu mensaje,
no
me ire de este lugar,
porque
es el escenario en el que a tu lado,
supe
que sentir amor, es solo una vez,
y
que este no muere, solo renace cada vez con más intensidad.