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Espero que disfruten de mis escritos, al igual que yo los disfrute escribiéndolos.

domingo, 16 de junio de 2013

Mi único amor.

Recuerdo la última vez que lo vi, fue ese día justo cuando recibió la carta del ejercito. Me miro con el sobre en manos, grabando en mis pupilas esa mirada cristalina que hoy no logro quitar de mi y llorar en silencio.
La guerra... la tan cruel y maldita guerra lo alejo de mi lado, lo tomo sin permiso, lo obligo sin importar lo que podrían ocasionarle a su familia, a su madre, padre y novia...
Lo alejo de mi como lo hacen las hojas al desprenderse de las ramas en plena época de otoño, invadiendo el suelo firme y lleno de vida, fue así como con una simple carta ordenaron que fuese a defender a su patria, para conseguir el honor, una medalla y una bandera en su tal vez ataúd.  
Cada día , cada noche, cada despertar su presencia me hizo falta... Es difícil vivir alejada de la persona que amas, y más aún si de ella jamás antes te habías alejado. A pesar que me prometió escribirme cada tanto, no consigo dormir, necesito una caricia de sus manos, una frase un te quiero al oído, simplemente quiero volver a verlo sonreír frente a mi, como la primera vez que lo vi.
Pasan los días, los meses rápidamente y no encuentro en el buzón carta de él, solo publicidad y cartas de su madre; las que dicen y preguntan por su ausencia; no puedo mentirle, cartas de su hijo no han llegado a mi, solo creo que en las noches la luna puede contarme que aún sigue con vida. Que sigue recordando que yo lo espero. y que no pierdo las esperanzas de volver a ser parte de su vida.
Las horas me amenazan, me aterrorizan, ya que más semana pasan y no recibo nada, solo silencio, ansias y miedo de que haya muerto en combate.
Pronto... un auto negro se detiene frente a mi casa, a la casa que ambos compramos para crear nuestra familia. Ese auto negro brilla intensamente, sus vidrios son polarizados, no dejan ver a quién lo maneja. Pronto de el mismo baja un hombre con traje de soldado y gorro militar, puedo divisar que en sus manos trae un sobre, una bandera y una medalla... No quiero creer que algo malo le ha ocurrido, no, no puede ser, no puede ser... No pudo haber muerto yo sé que no ha muerto, puedo sentir su presencia que aún hace latir desaforadamente mi corazón. El sujeto sigue acercándose a mi... Pronto se posiciona frente a mi, se quita el gorro, me mira a los ojos y dice: - "Perdón, por no escribirte, es que la guerra no es fácil de llevar, es muy cruel, me alegro de haber logrado salir con vida. Porque sin ti, no creo poder vivir a pesar de que mi alma volara al cielo, no seria lo mismo que tenerte junto a mi, porque el ángel que quiero sea mi protector eres tú"- No me di cuenta de quién era... Pero su voz, esos ojos cristalinos me despertaron, él no murió, regreso junto a mi... A pesar de que en su rostro hayan quedado cicatrices, lo seguiré queriendo como la primera vez, porque sigue siendo el mismo del que me enamoré...
- Gracias por regresar, y volver a iluminar mi vida- le dije y él me abrazo tan calidamente, que hicieron que lágrimas se presentaran en mi rostro. 

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